Día Mundial de la Hepatitis

El Día Mundial contra la Hepatitis, es una oportunidad para intensificar los esfuerzos nacionales e internacionales contra la hepatitis, alentar acciones y compromiso para tener una respuesta global.

Se eligió la fecha del 28 de julio porque es el cumpleaños del científico ganador del premio Nobel, el Dr. Baruch Blumberg, quien descubrió el virus de la hepatitis B (VHB) y desarrolló una prueba de diagnóstico y una vacuna para el virus.

La baja cobertura de pruebas y tratamiento es la brecha más importante que debe abordarse para lograr los objetivos de eliminación global para 2030.

La hepatitis es una inflamación del hígado que puede causar una serie de problemas de salud y puede ser mortal. Las cinco cepas principales del virus de la hepatitis son las de los tipos A, B, C, D, y E. Si bien todas ellas causan enfermedad hepática, se diferencias en aspectos importantes, sobre todo en los modos de transmisión, la gravedad de la enfermedad, la distribución geográfica y los métodos de prevención.

En particular, los tipos B y C provocan enfermedad crónica en cientos de millones de personas y, en su conjunto, son la causa más común de defunciones relacionadas con cirrosis hepática, cáncer y hepatitis viral. Se estima que, en todo el mundo, 325 millones de personas sufren hepatitis B y/o C, y para la mayoría de ellas las pruebas y el tratamiento siguen siendo inaccesibles.

Muchas personas con hepatitis A, B, C, D o E tienen solo síntomas leves o ningún síntoma en absoluto. Sin embargo, cada forma del virus puede desencadenar síntomas más graves. Los síntomas de las hepatitis A, B y C pueden incluir fiebre, malestar, pérdida del apetito, diarrea, náuseas, malestar abdominal, orina oscura e ictericia (coloración amarillenta de la piel y la esclerótica ocular). En algunos casos, el virus también puede causar una infección crónica del hígado que, ulteriormente, puede evolucionar hacia una cirrosis (cicatrices permanentes en el hígado) o cáncer de hígado. Esos pacientes corren riesgo de muerte.

La hepatitis D solo se desarrolla en personas infectadas previamente con hepatitis B; no obstante, la infección doble con los tipos B y D puede desarrollar una forma más grave y dar lugar a peores resultados sanitarios, entre ellos una evolución más rápida de la cirrosis. El desarrollo de hepatitis D crónica es raro.

La hepatitis E comienza con fiebre leve, disminución del apetito, náuseas y vómitos durante varios días. Algunas personas también pueden sufrir dolor abdominal, escozor (sin lesiones cutáneas), erupción en la piel o dolor articular. También pueden experimentar ictericia, orina oscura y heces pálidas, así como un hígado levemente agrandado y blando (hepatomegalia) y, en ocasiones, insuficiencia hepática aguda.

El mundo se enfrenta actualmente a un nuevo brote de infecciones agudas de hepatitis inexplicables que afectan a los niños. La OMS, junto con científicos y legisladores de los países afectados, están trabajando para comprender la causa de esta infección que no parece pertenecer a ninguno de los 5 tipos conocidos de virus de la hepatitis: A, B, C, D y E.

Este nuevo brote se enfoca en miles de infecciones agudas de hepatitis viral que ocurren entre niños, adolescentes y adultos cada año. La mayoría de las infecciones de hepatitis aguda causan una enfermedad leve e incluso pasan desapercibidas. Pero en algunos casos, pueden provocar complicaciones y ser fatales. Solo en 2019, se estima que ocurrieron 78 000 muertes en todo el mundo debido a complicaciones de infecciones agudas de hepatitis A a E.

Los esfuerzos globales priorizan la eliminación de las infecciones por hepatitis B, C y D. Estas 3 infecciones causan hepatitis crónica que dura varias décadas y culmina en más de 1 millón de muertes por año por cirrosis y cáncer de hígado. Estos tres tipos de infecciones crónicas por hepatitis son responsables de más del 95% de las muertes por hepatitis. Si bien contamos con la orientación y las herramientas para diagnosticar, tratar y prevenir la hepatitis viral crónica, estos servicios a menudo están fuera del alcance de las comunidades y, a veces, solo están disponibles en hospitales centralizados/especializados.

En el Día Mundial contra la Hepatitis de 2022, la OMS destaca la necesidad de acercar la atención de la hepatitis a las comunidades y los centros de salud primarios para que las personas tengan un mejor acceso al tratamiento y la atención, sin importar el tipo de hepatitis que puedan tener.

La OMS tiene como objetivo lograr la eliminación de la hepatitis para 2030. Para lograrlo, insta a los países a alcanzar objetivos específicos:

*Reducir las nuevas infecciones de hepatitis B y C en un 90%;

*Reducir las muertes relacionadas con la hepatitis por cirrosis hepática y cáncer en un 65 %;

*Asegurar que al menos el 90% de las personas con el virus de la hepatitis B y C sean diagnosticadas;

*Al menos el 80% de los elegibles reciben el tratamiento adecuado.

Fuente: OMS

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